En las calles de la Ciudad de México, el rugido de una motocicleta no solo anuncia velocidad y eficiencia: también se ha convertido en el eco de una crisis silenciosa que cobra vidas cada semana. Las motocicletas están involucradas en la mayoría de los accidentes viales graves en la capital, representando un problema urgente para la seguridad pública y vial.
Según el secretario de Movilidad, Héctor Ulises García Nieto, actualmente circulan alrededor de 800 mil motocicletas en la CDMX, una cifra que se ha disparado en la última década. De estas, el 70% corresponde a vehículos de reparto y carga, un sector esencial pero particularmente vulnerable a los siniestros.
Un panorama alarmante
Las cifras son contundentes: los motociclistas representan el 50% de las muertes por accidentes de tránsito en la capital. Solo en el primer semestre de 2024, 118 motociclistas perdieron la vida, con un promedio devastador de cinco fallecimientos cada semana.
Entre enero de 2023 y diciembre de 2024, los motociclistas conformaron en promedio el 43% de las víctimas mortales en siniestros viales, consolidándose como el grupo más afectado en las calles. En comparación, los ciclistas apenas representan el 4% de las muertes viales.
Las zonas y horarios más peligrosos
Los puntos más críticos para estos accidentes fatales se localizan en las principales arterias de la ciudad. El Anillo Periférico encabeza la lista, seguido por la calzada Ignacio Zaragoza y el Circuito Interior. Además, los fines de semana y las noches son los momentos más letales: el 56% de los accidentes fatales ocurren entre viernes y domingo, y el 62% entre las 18:00 y las 5:59 horas, con especial énfasis en las madrugadas.
Choques, derrapes y percepción social
La mayoría de los motociclistas lesionados resultan afectados por choques (65%), mientras que el 51% de las muertes ocurren en colisiones con otros vehículos o impactos contra objetos fijos. A pesar de que las motocicletas representan apenas el 8% del parque vehicular, están involucradas en uno de cada cinco accidentes con víctimas.
La percepción ciudadana también es crítica: el 67% considera riesgoso el comportamiento de los motociclistas, el 63% señala el mal estado de las vías como responsable, y el 48% apunta a los peatones. Curiosamente, más de la mitad de los motociclistas se consideran a sí mismos “muy seguros” al conducir.
¿Qué están haciendo las autoridades?
Frente a este panorama, el Gobierno de la CDMX ha enviado al Congreso local una iniciativa para regular las unidades que se venden como bicicletas eléctricas pero que superan los 25 km/h, ya que muchas de estas circulan sin control y representan riesgos similares a los de una motocicleta tradicional.
Además, se trabaja en un plan integral de seguridad vial, que contempla la participación de colectivos de motociclistas en estrategias de prevención, concientización y reducción de accidentes.
Una encrucijada para la movilidad
El auge de las motocicletas en la capital —motivado por el crecimiento del comercio electrónico, el reparto a domicilio y el caos vehicular— plantea un desafío complejo para la movilidad y la salud pública. La seguridad vial no puede ser una batalla individual: requiere políticas firmes, infraestructura adecuada y una nueva cultura de respeto y responsabilidad en las calles.