En la selva amazónica, un enemigo natural podría convertirse en aliado inesperado en la lucha contra el cáncer de mama, una enfermedad que afecta a millones de mujeres en todo el mundo. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en 2022 se diagnosticaron 2.3 millones de nuevos casos y hubo 670,000 muertes a causa de este tipo de cáncer. Las proyecciones indican un aumento preocupante: para 2050, los diagnósticos podrían crecer un 38% y las muertes un 68% a nivel global.
En este contexto, un equipo de científicos brasileños ha identificado una molécula prometedora en el veneno del escorpión Brotheas amazonicus, que habita en la Amazonía. Esta molécula, llamada BamazScplp1, es un péptido —una cadena corta de aminoácidos— que en pruebas de laboratorio mostró la capacidad de eliminar células del cáncer de mama mediante un mecanismo similar al del paclitaxel, uno de los fármacos de quimioterapia más usados.
La clave está en que BamazScplp1 induce necrosis, un tipo de muerte celular descontrolada, que provoca que las células cancerosas “exploten” y mueran. Este método es distinto de otros procesos celulares regulados por el organismo y ya se había observado en otros compuestos derivados de venenos.
Para estudiar esta molécula sin necesidad de extraer veneno a gran escala de los escorpiones, los investigadores emplearon un proceso llamado expresión heteróloga. Esto consiste en insertar el gen que produce la proteína deseada en otro organismo —como levaduras o bacterias— para producirla en laboratorios de forma más eficiente y sostenible. En este caso, utilizan la levadura Pichia pastoris, comúnmente empleada en biotecnología.
Este descubrimiento no es aislado en Brasil. En el Centro de Estudios de Venenos y Animales Venenosos (CEVAP), se desarrolló un “sellador de fibrina” basado en una enzima del veneno de serpiente y crioprecipitado sanguíneo, que está en fases avanzadas de ensayos clínicos para aplicaciones médicas como la reparación de nervios y huesos. Los científicos también investigan otras proteínas que podrían favorecer la regeneración tisular.
Aunque los resultados con BamazScplp1 aún están en fases iniciales y se presentaron recientemente en un congreso científico en Francia, abren una puerta importante para explorar compuestos naturales como alternativas o complementos a los tratamientos tradicionales contra el cáncer. Si futuros estudios confirman su eficacia y seguridad, esta molécula podría brindar nuevas opciones terapéuticas con menos efectos secundarios para pacientes con cáncer de mama.
El veneno de escorpión, entonces, deja de ser solo una amenaza y se convierte en una promesa para la medicina del futuro.