Gastronomía sostenible: cuando el sabor nace de la tierra y la memoria

En cada semilla nativa, en cada receta ancestral y en cada plato preparado con ingredientes locales, hay un acto de resistencia, un compromiso con el planeta y un homenaje a quienes han sostenido la diversidad alimentaria durante generaciones. Así se celebra este 18 de junio el Día Internacional de la Gastronomía Sostenible, una fecha proclamada por la ONU para recordar que la cocina puede ser una herramienta poderosa frente al cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la desigualdad alimentaria.

Este 2025, bajo el lema “Semillas locales, alimentos locales”, el día hace un llamado urgente a regresar a lo nuestro: consumir productos de temporada, apoyar a productores locales y proteger los saberes culinarios que nos definen. En un mundo donde el 75 % de lo que comemos proviene apenas de doce especies vegetales y cinco animales, apostar por la diversidad local es una forma concreta de cuidar nuestra salud, nuestras economías y nuestro entorno.

La gastronomía sostenible implica más que cocinar. Es reflexionar sobre cómo fueron cultivados los ingredientes, de dónde vienen, cómo llegaron a nuestro plato y qué impacto dejan en el camino. Significa evitar el desperdicio, reducir la huella ecológica, proteger a pequeños agricultores y mantener vivas las culturas alimentarias tradicionales. Según la FAO, esta práctica ayuda a fortalecer la seguridad alimentaria, mejorar la nutrición, impulsar la agricultura local y conservar la biodiversidad, una tarea esencial si se considera que para el año 2050 deberemos alimentar a más de 9 mil millones de personas en el planeta.

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En México, tierra de abundancia culinaria, este compromiso cobra un significado profundo. El país cultiva 64 razas de maíz nativo, una de las mayores diversidades del mundo, y resguarda una cocina rica en historia y técnicas tradicionales. Desde los tamales de maíz azul en Oaxaca hasta los mercados de Ensenada que reúnen sabores de comunidades indígenas y migrantes, la apuesta por lo local no es solo una opción sostenible, es una forma de vida.

Este año, 56 ciudades fueron reconocidas como Ciudades Creativas por su impulso a modelos gastronómicos sostenibles. Mérida destaca entre ellas por promover la cocina tradicional y una gestión gastronómica equitativa que incluye a comunidades rurales e impulsa la equidad de género. En otras partes del mundo, el movimiento también avanza, señal de que la cocina consciente es un fenómeno global.

La invitación es clara: elegir productos de temporada, reducir el desperdicio, sembrar, comprar en mercados locales, cocinar con respeto y propósito. Que cada comida no solo nutra, sino también construya. Porque conservar nuestras tradiciones culinarias es también asegurar el alimento del mañana. Este 18 de junio, más que celebrar sabores, celebramos raíces. Porque en la tierra, en el fogón y en la mesa, empieza el cambio.

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