El fandom de Super Junior en México ha demostrado una vez más su fuerza, su organización y su compromiso. Este jueves, Ocesa anunció oficialmente que la banda surcoreana regresará al país con dos conciertos por su 20 aniversario como parte del SUPER JUNIOR 20th Anniversary TOUR <SUPER SHOW 10>, pero lo que parecía una fiesta se convirtió rápidamente en una exigencia masiva: las y los fans, conocidos como EverLasting Friends (E.L.F.), iniciaron una campaña contundente para exigir transparencia total en los precios de las entradas, zonas y beneficios, antes del inicio de la preventa.
Bajo el lema “Sin precios no compramos” y con el hashtag #OcesaAnunciaPreciosSS10, el movimiento se convirtió en tendencia nacional en X (antes Twitter), reflejando el hartazgo de la comunidad ante prácticas poco claras en la venta de boletos para conciertos de K-Pop. El fandom difundió un comunicado pidiendo a Ocesa y Ticketmaster que publiquen toda la información necesaria con tiempo suficiente para que los fans puedan organizarse, comparar opciones y decidir de manera informada si asistirán o no al evento.
El antecedente que ha marcado la postura de E.L.F. es claro: las experiencias previas con la promotora MusicVibe y la boletera FunTicket dejaron cicatrices en el fandom. En 2022, cuando Super Junior fue anunciado en el Velódromo Olímpico, los precios, que llegaban hasta los 17 mil pesos con cargos, y la elección del recinto generaron tanto rechazo que los fans obligaron a los organizadores a cambiar la sede al Arena Ciudad de México. Esa victoria organizativa mostró la capacidad de presión del fandom, que no dudó en llamar al boicot cuando sintió que sus derechos como consumidores estaban siendo ignorados.
El malestar con las prácticas de algunas promotoras no es reciente. MusicVibe y FunTicket acumulan un historial documentado de violaciones a la Ley del Consumidor, fraudes por sobreventa de boletos, reventas ordenadas desde sus propias estructuras internas y evasión fiscal, según investigaciones como las de Aristegui Noticias. La comunidad de fans ha estado especialmente alerta con esta empresa desde que se les vinculó a eventos como el fallido KAMP Fest, anunciado en el Parque Bicentenario, un recinto que los fans denunciaron como inseguro para festivales masivos. La presión social obligó a cambiar de sede, pero los problemas continuaron con reembolsos incompletos y quejas por falta de transparencia.
Ahora, aunque el organizador es Ocesa, el fandom no está dispuesto a bajar la guardia. E.L.F. exige no solo precios justos, sino también que los beneficios VIP se vendan por separado y que las distintas zonas ofrezcan condiciones equitativas para los fans. Además, recordaron la importancia de garantizar la seguridad dentro del Palacio de los Deportes, luego del trágico accidente ocurrido en abril durante el concierto de Quevedo.
El llamado del fandom es contundente: no realizar ninguna compra hasta que Ocesa publique los precios y condiciones completas. No es la primera vez que E.L.F. demuestra su poder de organización, y es probable que esta movilización marque un precedente para futuras negociaciones entre empresas de entretenimiento y comunidades de fans en México.
La batalla por la transparencia continúa, y el mensaje es claro: los fans de Super Junior quieren celebrar, pero no están dispuestos a aceptar prácticas abusivas ni a repetir errores del pasado.