Subir escaleras: un ejercicio sencillo con beneficios sorprendentes para cuerpo y mente

En septiembre de 2021, Sean Greasley alcanzó un récord impresionante: ascendió y descendió la altura del monte Everest (8,849 metros) en menos de 23 horas, todo desde la escalera de su casa en Las Vegas. Aunque su hazaña es extraordinaria, subir escaleras no es solo para deportistas extremos. De hecho, esta actividad cotidiana puede traer múltiples beneficios a nuestra salud física y cognitiva, convirtiéndose en una opción sencilla y accesible para incorporar más movimiento a la rutina diaria.

El fenómeno del towerrunning o carreras verticales, que consiste en subir las escaleras de grandes edificios y rascacielos, ha ganado popularidad y cuenta incluso con asociaciones y rankings mundiales para atletas especializados. Sin embargo, no es necesario llegar a esos extremos para aprovechar las ventajas de subir escaleras. Investigaciones muestran que subir aunque sea unos pocos tramos puede mejorar el equilibrio, fortalecer la parte inferior del cuerpo y reducir el riesgo de caídas en personas mayores.

Además de sus efectos físicos, esta práctica también tiene un impacto positivo en el cerebro. Estudios recientes indican que subir escaleras mejora funciones cognitivas como la memoria, la resolución de problemas y la flexibilidad mental. Un experimento demostró que adultos jóvenes mejoraron su capacidad para cambiar de tareas cognitivas tras subir escaleras, y otro estudio descubrió que bajar escaleras puede incluso estimular el pensamiento creativo, generando un mayor número de ideas originales.

Subir escaleras es un ejercicio que eleva la frecuencia cardíaca más que caminar rápido, debido a que se realiza contra la gravedad, lo que lo convierte en un excelente estímulo cardiovascular. Además, fortalece los músculos de las piernas y el abdomen, esenciales para la estabilidad y la movilidad general. Curiosamente, el movimiento de bajar escaleras también aporta beneficios importantes, ya que implica un tipo de contracción muscular que promueve un crecimiento y fortalecimiento más duraderos.

La gran ventaja de este ejercicio es su accesibilidad. Las escaleras están en casi todos los lugares: casas, oficinas, centros comerciales y espacios públicos. Optar por subirlas en lugar de usar escaleras mecánicas o elevadores puede incorporarse fácilmente a la vida diaria, sin necesidad de equipo especial ni rutinas largas. Según Alexis Marcotte-Chenard, investigador en salud cardiovascular, subir escaleras es un “snack” de ejercicio ideal que se puede repartir en varios momentos del día, facilitando así el cumplimiento de recomendaciones para combatir el sedentarismo.

En cuanto a cuánto es recomendable subir, los estudios sugieren que superar los cinco tramos de escaleras diarios (aproximadamente 50 escalones) puede estar relacionado con un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, más allá de cifras exactas, lo más importante es la constancia y la integración de estos pequeños momentos activos en el día a día.

No obstante, no todas las personas pueden beneficiarse igualmente. Quienes tienen problemas articulares o ciertas condiciones médicas deben evaluar esta práctica con precaución. También se ha observado que algunos grupos, como mujeres o personas con sobrepeso, tienden a evitar las escaleras cuando existen alternativas más fáciles. Por eso, es fundamental adaptar el ejercicio a las capacidades individuales y buscar siempre el bienestar general.

En definitiva, subir escaleras es una opción simple, económica y efectiva para mejorar la salud física y mental. Desde una hazaña récord en Las Vegas hasta la pequeña decisión diaria de tomar las escaleras, esta actividad puede convertirse en un aliado silencioso para quienes buscan mejorar su calidad de vida sin complicaciones.

 

Personas subiendo escaleras en un reto en Australia.

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